El candidato presidencial republicano, Mitt Romney, se enfrenta a nuevas críticas desde que se reveló que la firma de capital privado Bain Capital se fundó con inversiones de las élites de América Central vinculadas a los escuadrones de la muerte en El Salvador. Nos acompaña Ryan Grim, periodista del periódico Huffington Post, quien en su último artículo —"Mitt Romney fundó la empresa Bain Capital con dinero de familias vinculadas a los escuadrones de la muerte"— establece esta relación. "Es imposible que alguien que en el año 1984 investigara a estas familias —que es el término que usa [la campaña de Romney]— quedara convencido de que se trataba de dinero limpio", afirma Grim.
AMY GOODMAN: Hoy comenzamos hablando de las nuevas críticas al candidato republicano Mitt Romney por sus antecedentes en la firma de capital privado Bain Capital. La última polémica en torno a Bain se produjo por el modo en que Mitt Romney fundó la empresa con inversiones de las élites de América Central vinculadas a los escuadrones de la muerte en El Salvador. Después de que en un comienzo tuviera dificultades para encontrar inversores, en 1983 Romney viajó a Miami, donde consiguió compromisos de inversión de nueve millones de dólares, un monto equivalente al cuarenta por ciento del capital inicial de Bain.
Algunos inversores tenían fuertes vínculos con los escuadrones de la muerte que fueron responsables de la gran mayoría de las miles de muertes en El Salvador durante la década de 1980. Entre estos inversores se encuentra la familia Salaverría, a la que Robert White, ex embajador estadounidense en El Salvador, acusó de la financiación directa de los paramilitares salvadoreños. Harry Stracham, ex ejecutivo de Bain, escribe en sus memorias: “Romney dejó de lado sus propias dudas sobre los inversores para aceptar su respaldo financiero”. Stracham relata “Estos amigos latinoamericanos fueron fieles inversores en sucesivos fondos, participaron activamente en la reunión de inversores de Bain Capital en mayo y son hasta la fecha uno de los mayores grupos inversores en Bain Capital”. Para saber más sobre este tema, nos acompaña Ryan Grim, periodista del periódico The Huffington Post, quien en su reciente artículo “Mitt Romney, fundó la empresa Bain Capital con dinero de familias vinculadas a los escuadrones de la muerte" establece esta relación. Ryan, bienvenido a Democracy Now! ¿Podría referirse cuidadosamente a esta noticia y al escenario en El Salvador a principios de los años 1980?, ¿qué ocurría allí?, ¿una matanza?
RYAN GRIM: Por supuesto. En 1980, hubo una reforma agraria impulsada por el gobierno salvadoreño que empezó a parcelar algunos campos, algunas plantaciones de café y otras tierras en posesión de los sectores acomodados; también nacionalizaron el comercio internacional del café; no nacionalizaron la industria, sino solamente la exportación. Los miembros de la oligarquía respondieron entonces con una campaña cruel y brutal que incluyó el uso de escuadrones de la muerte. Durante el primero o segundo año los escuadrones asesinaron algo así como 35.000 personas. Durante una década asesinaron alrededor de 70.000 personas. Desde entonces, la ONU calcula que estos escuadrones de la muerte de la extrema derecha son los responsables del ochenta y cinco por ciento de los asesinatos, por lo tanto esta no es una de esas guerras sucias en donde ambos lados son culpables en igual medida. Roberto D`Aubuisson, el líder de este movimiento, apoyaba públicamente los escuadrones de la muere y decía que estos eran una parte importante de lo que el movimiento estaba haciendo. Incluso llegó a afirmar que el propósito último de los escuadrones de la muerte era la disminución de la violencia, porque si podían ir a un pueblo, entrar a un par de casas y matar a todos los presentes, entonces esto funcionaría de aviso para que el resto del pueblo no se uniera, y por lo tanto habría menos levantamientos y los escuadrones de la muerte no tendrían que matar a nadie. Esta era la clase de lógica macabra que duró poco más de una década en El Salvador.
AMY GOODMAN: Una de las víctimas más conocidas de los escuadrones de la muerte de las fuerzas armadas de El Salvador fue el Arzobispo Oscar Romero, conocido como la voz de los sin voz. Romero era un ardiente defensor de los pobres, un líder en la crítica contra el gobierno militar salvadoreño que tenía el respaldo de EE.UU. Fue asesinado por miembros de un escuadrón de la muerte apoyado por EE.UU., mientras daba misa en la capilla de un hospital. Quiero emitir un fragmento de la película “Romero”, protagonizada por Raúl Juliá en el papel del Arzobispo Romero.
RAUL JULIA: Yo quisiera hacer un llamamiento de manera especial a los hombres del ejército. Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "¡No matar!". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, ¡cesen la represión!
AMY GOODMAN: Ese era un fragmento de la película “Romero” en la que Raúl Juliá personifica al salvadoreño Oscar Romero. Oscar Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980. Ryam Grim ¿puede referirse a la muerte de Romero y la conexión que eso tiene con su artículo?
RYAN GRIM: Romero fue asesinado al día siguiente de haber dicho las palabras que usted acaba de emitir, de un disparo al corazón mientras decía misa. Desde entonces sabemos con seguridad que Roberto D’Aubuisson ordenó su asesinato. Dieciocho meses más tarde D’Aubuisson fundaría el partido de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) que en aquel momento era, básicamente, un vehículo para estos escuadrones de la muerte. ARENA está aún activo. Se ha convertido en un tradicional partido de derecha latinoamericana, pero en sus primeros años era simplemente la organización política que controlaba los escuadrones de la muerte. Por lo tanto, en este contexto, Mitt Romney sabía muy bien lo que estaba pasando en El Salvador. El embajador estadounidense Robert White a quien usted mencionó acusó públicamente a seis salvadoreños residentes en Miami, dos de ellos Salaverrías, de la financiación. Cuando Harry Strachan le sugirió [a Romney] que fuera a Miami para recaudar fondos de los allí exiliados, este le pidió a Strachan que se asegurara de que esa gente no estuviera conectada con los escuadrones de la muerte de la ultra derecha. Está muy claro que [Romney] conocía la situación y sabía lo que estaba pasando por entonces, pero estaba teniendo grandes dificultades para conseguir capital para la nueva empresa, Bain Capital. Además, su jefe, Bill Bain, le comentó que no podía usar a ninguno de los inversores o clientes de Bain and Co., que era la famosa firma consultora, porque no quería que si Bain Capital fracasaba arrastrara todo lo demás. Se informó en diferentes medios que Romney no consiguió capitales de fuentes tradicionales de EE.UU. Entonces, sabiendo eso, viajó a Miami a mediados de 1984 y fue directamente a un banco donde se reunió con un número de estas familias vinculadas con los escuadrones de la muerte, aceptó lo que por aquel entonces era una gran cantidad de dinero que equivalía al cuarenta por ciento del capital externo que pudo reunir para el fondo inicial. Como Harry Strachan comentó, continuaron reinvirtiendo y no hay duda de que ahora deben tener un valor de decenas de millones de dólares en Bain Capital.
AMY GOODMAN: De acuerdo a su artículo, Ryan Grim, cuando Romney regresó a Miami en 2007 para lanzar otra operación que necesitaba financiación, su primera campaña presidencial, Romney remarcó: “Les debo mucho a los estadounidenses de ascendencia latinoamericana. Cuando estaba comenzando mi negocio, vine a Miami en busca de socios que creyeran en mí y financiaran mi iniciativa. Mis socios eran Ricardo Poma, Miguel Dueñas, Pancho Soler, Frank Kardonski y Diego Ribadeneira”. ¿Puede hablarnos de estos hombres, por ejemplo Poma, y de su conexión con los escuadrones de la muerte en El Salvador?
RYAN GRIM: La familia Poma era una de las más importantes de El Salvador. Estaban fuertemente interrelacionados con ARENA. Dos de los Salaverrías antes mencionados fueron específicamente nombrados por White por la financiación de los escuadrones de la muerte. Los De Solas son otra familia que inicialmente invirtieron en Bain. Sabemos que al menos cuatro miembros de la familia De Sola invirtieron en Bain. Sólo sabemos los nombres de dos de ellos. Hay un hombre llamado Orlando De Sola que solo la campaña de Romney, y nadie más, niega que fuera un líder del movimiento de los escuadrones de la muerte. No hay duda de ello. Lo que la campaña de Romney afirma es que Orlando De Sola era la oveja negra de la familia De Sola. El hecho de que esta persona dirigiera los escuadrones de la muerte no debería mancillar a los cuatro inversores De Sola, aunque no nos informen quiénes son dos de ellos. Sin embargo, lo que averiguamos es que uno de los dos inversores De Sola mencionados —Francisco de Sola es su nombre— estuvo conectado en 1990 con el asesinato de dos activistas de izquierda.
En Guatemala se hizo una reunión que fue moderada por Chris Dodd, ex senador de Connecticut. Intentó hacer un acuerdo de paz entre ARENA y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Y poco después de esa reunión dos activistas que se habían reunido con él fueron asesinados. El gobierno guatemalteco concluyó, citando sus fuentes de inteligencia, que los asesinatos habían sido cometidos por Orlando de Sola, Roberto D’Aubuisson y Francisco de Sola. Francisco de Sola todavía vive y su secretario nos confirmó que él había sido uno de los tres acusados de esos asesinatos. Ahora bien, [Romney] lo negó en su día y lo niega hoy, pero el simple hecho de que los servicios de inteligencia guatemaltecos lo relacionen con Orlando de Sola y Roberto D’Aubuisson, básicamente conocidos como los dos líderes de los escuadrones de la muerte de aquel momento, debilita de forma dramática la noción de que las personas involucradas con Bain estén de alguna manera profundamente disociadas, o que haya algún tipo de separación clara entre las personas involucradas en Bain y las personas que financian y organizan los escuadrones de la muerte.
AMY GOODMAN: Ryan Grim, ¿cuál fue la respuesta de Mitt Romney a su investigación y a estas acusaciones?
RYAN GRIM: Lo que hicieron fue enviarme un párrafo de un artículo publicado en el periódico Salt Lake Tribune en 1999 que decía “Tal y como era la normativa de Bain, se investigó a las familias tan exhaustivamente como fue posible. No apareció ninguna vinculación indeseable con drogas ni con otra actividad delictiva”. Eso es sencillamente imposible de creer. Estas familias estaban realmente vinculadas a los escuadrones de la muerte.
Romney comunicó al periódico Boston Globe en 1994, algo así como que ellos habían investigado a los inversores individuales y se habían asegurado de que no hubiera “señales obvias de actividad delictiva”, que no habían investigado a sus familiares políticos ni a sus primos. Romney hace declaraciones a dos periódicos diferentes de manera inconsistente. No obstante, si tomamos las declaraciones realizadas al periódico Tribune, las que me envió a mí la gente de la campaña de Romney, es algo sencillamente increíble. No hay ninguna posibilidad de que en 1984 alguien pudiera investigar a estas familias –ese es el término que usan, estas familias- y salir convencido de que ese era dinero limpio.
AMY GOODMAN: Usted cita a Robert White cuando dice “La familia Salaverría era muy conocida”. Robert White era el embajador de EE.UU. en El Salvador. “Se sabía muy bien que la familia Salaverría respaldaba a D’Aubuisson, un tipo que había aportado mucho dinero, respaldaban totalmente a D’Aubuisson, incluyendo los escuadrones de la muerte”. Quería leer un fragmento del libro de Greg Grandin, “Empire’s Workshop”. Grandin es profesor de historia latinoamericana en la Universidad de Nueva York y dice: “El problema era que los grupos militares tenían muy poco apoyo popular, debido en gran medida al hecho de que eran ‘extraordinariamente violentos’. Según el propio embajador de Reagan, Robert White, la solución del problema ‘era apocalíptica: el país deber ser destruido en su totalidad, la economía debe ser destrozada, el desempleo debe ser masivo’ y debe haber una ‘limpieza’ de unas ‘300 ó 400 ó 500.000 personas’”, comenta. Y él está citando a Robert White. ¿Ryan Grim qué opina?
RYAN GRIM: Hablé también con Sergio Bendixen, que es un encuestador que trabajó mucho en el país para Univisión en la década de 1980 y ahora, casualmente, pasó a ser encuestador para Hillary Clinton y está trabajando en la campaña de Obama. Él conocía a D’Abuisson y a muchas personas vinculadas a los escuadrones de la muerte, y dijo que, y esto es lo que les he escuchado a otras personas familiarizadas con él en la comunidad exiliada, que esto no es algo que ellos escondieran. Como dijo, estaban convencidos de que eran luchadores por la libertad, de que estaban del lado de la justicia y de que si eso implicaba matar a decenas de miles de personas, se trataba de personas malas que tenían el apoyo de Castro, quien quería imponer una tiranía, etc., etc. Entonces, eso justificaba todo lo que hacían. Mitt Romney incluso dio a entender eso en su discurso de 1997 ante la multitud de Miami cuando fue a conseguir dinero para su campaña. Dijo, estas personas no sólo invirtieron en mí, sino que me enseñaron mucho. Y lo que me enseñaron es que esos grupos guerrilleros eran terribles y secuestraron a uno de sus hermanos y mataron y torturaron a Miguel Dueñas. Mataron y torturaron a Miguel Dueñas. No hay duda que ambos lados cometieron atrocidades, pero en esa cita podemos ver que Romney está asumiendo en parte la noción de que la violencia estaba justificada. Y él no sería en absoluto el único del Partido Republicano de aquel momento o del Partido Democrático. Como usted señaló, estos escuadrones de la muerte contaban con el apoyo del gobierno de EE.UU.
AMY GOODMAN: Como usted comentó, hablamos de decenas de miles de personas en 1989. Hace veinte años ocurrió el asesinato de seis curas jesuitas —en 1989— y después el asesinato de cuatro monjas estadounidenses, todos ellos víctimas de, como apuntó, las fuerzas armadas; los paramilitares salvadoreños fueron los responsables de una cantidad abrumadora de asesinatos. Curiosamente, comenzamos hablando de la muerte de Oscar Romero el 24 de marzo de 1980, asesinado por los escuadrones de la muerte de derecha de El Salvador. El presidente Obama visitó Honduras y el Salvador y fue a la tumba del arzobispo Oscar Romero.
RYAN GRIM: Ese fue un reconocimiento de que lo que hicieron Estados Unidos y sus aliados en El Salvador en 1980 estuvo mal. No fue exactamente una disculpa, pero fue un equivalente a un pedido de perdón por toda la muerte y destrucción causada en nombre del anti comunismo. El arzobispo Romero es conocido ahora como uno de los grandes héroes y mártires del siglo veinte. Mientras hablamos aquí de la asociación de Romney, deberíamos mencionar que el actual ocupante de la Casa Blanca manda aviones no tripulados que matan gente con bastante frecuencia. Por desgracia aún no disminuyeron los asesinatos en el mundo.
AMY GOODMAN: Curiosamente, la pregunta es si el gobierno de Obama hará algo con esta inversión inicial de Bain y si la campaña de Romney planteará el tema de las listas de la muerte del presidente Obama y del uso de aviones no tripulados que matan a mucha gente en Yemen y Pakistán, etc.
RYAN GRIM: Será interesante ver qué pasa con eso. Si la campaña de Obama hace algo con ese tema, supongo que lo hará en la comunidad latina para tratar de que apoyen a Obama, porque como usted señaló, hay miles y miles de refugiados que están aquí hoy por la violencia allá y cuando descubran que los miembros de la oligarquía que apoyaban la violencia son los que también ayudaron a levantar la firma de Romney, Bain Capital, eso podría influir la manera en la que voten.
AMY GOODMAN: ¿Están estas familias aún aportando a la actual campaña presidencial de Romney, como lo hicieron en su primer intento?
RYAN GRIM: No encontré que alguno de ellos lo esté haciendo. Romney usó de manera extraña la frase cuando fue a Latinoamérica; los llamó estadounidenses de origen latinoamericano. No sé si se hicieron estadounidenses, en el sentido de Estados Unidos de América. Si no son ciudadanos estadounidenses, entonces no pueden donar de forma directa en las campañas presidenciales estadounidenses. Investigué algunos de los nombres que conocemos y no aparecen como donantes en su campaña presidencial. Sin embargo, como afirmó Harry Stracham, se convirtieron y continúan siendo inversores importantes en Bain Capital. A lo largo de las décadas de 1980 y 1990, Bain Capital obtuvo ganancias sencillamente extraordinarias, algo así como el ochenta y ocho por ciento de ganancias anuales durante dos décadas, lo que es una cantidad de dinero absolutamente impresionante. Si lo aplica a la inversión inicial de nueve millones de dólares, obtiene una fortuna absoluta.
AMY GOODMAN: Ryan Grim, gracias por estar con nosotros. Grim es jefe de redacción del periódico The Huffington Post en Washington; su último artículo se titula "Mitt Romney fundó la empresa Bain Capital con dinero de familias vinculadas a los escuadrones de la muerte" y lo enlazamos a Democracy Now!
Texto en inglés traducido por Jesús Martín. Edición: Gabriela Díaz Cortez
AMY GOODMAN: Volvemos a nuestra entrevista con Noam Chomsky. Hablamos con él la semana pasada en el jardín del Centro Rey Juan Carlos I de la Universidad de Nueva York. Allí le pregunté sobre WikiLeaks.
NOAM CHOMSKY: Creo que nada de lo que WikiLeaks publicó constituía un verdadero secreto. Es decir, WikiLeaks es un servicio a la población. Assange debería recibir un premio, una medalla presidencial de honor. Toda la operación de WikiLeaks ayudó a informar a la gente sobre qué hacen los representantes electos. Eso debería considerarse algo muy positivo, además de interesante. No se reveló nada verdaderamente extraordinario, aunque es interesante saber, por ejemplo, que, cuando el gobierno de Obama en los hechos apoyó el golpe de estado en Honduras que depuso al gobierno democrático y designó lo que viene a ser un gobierno respaldado por los militares, sabía exactamente lo que estaba haciendo. Porque, según sabemos por WikiLeaks, la embajada en Honduras había presentado un análisis detallado justo al comienzo del golpe que expulsó al presidente, donde se decía "Sí, es inconstitucional, es ilegal". Así que sabían exactamente lo que estaba haciendo, cuando Obama y Clinton dijeron: "Bueno, no es tan malo. Todo va a ir bien".
O por ejemplo, el tema de Anne Patterson, la embajadora en Pakistán, una de las revelaciones más interesantes. Patterson apoya la política estadounidense en AfPak, Afganistán y Pakistán, pero también avisó que la estrategia de los asesinatos y las presiones sobre Pakistán suponían un peligro real. Suponen el peligro de la radicalización de Pakistán –donde la oposición a esta política es enorme- y además crean la posibilidad de que los elementos yihadistas tengan acceso a instalaciones nucleares. Es decir, están creando un peligro enorme. De hecho, Pakistán es mucho más peligroso para la seguridad de EE.UU. que Afganistán, que en realidad no supone ningún peligro. Es bueno saber que tenían esa información. Se la daban los analistas, gente que escribía sobre ese tema y lo conocía, pero el hecho de que la consiguieran por intermedio de la embajada es importante cuando uno piensa en cómo esa estrategia se intensificaba. De hecho, es sorprendente ver cómo se aplican todas esas políticas, como si conscientemente estuvieran tratando de aumentar el peligro.
Pensemos, por ejemplo, en el asesinato de Osama Bin Laden. Estoy entre las pocas personas que piensan que eso fue un crimen. Considero que no se puede tener derecho a invadir otro país, secuestrar a un sospechoso (recordemos que sigue siendo un sospechoso aunque uno crea que es culpable) y, una vez que está apresado e indefenso, asesinarlo y tirar su cuerpo al océano. Los países civilizados no hacen ese tipo de cosas. Hay que tener en cuenta que se estaba corriendo un gran riesgo. El grupo de operaciones especiales Navy Seals tenía órdenes de salir de allí peleando si había algún problema. Si hubieran tenido que pelear para salir de allí, habrían tenido cobertura aérea y probablemente se habría producido una intervención militar. Podríamos haber entrado en guerra con Pakistán, un país que cuenta con un ejército profesional dedicado a proteger la soberanía del Estado y que no se habría tomado algo así a la ligera. Una guerra con Pakistán sería un desastre total. Es una de las grandes instalaciones nucleares que tiene vínculos con elementos islamistas radicales. No son un porcentaje elevado de la población, pero están en todas partes. Y, a pesar de todo, lo hicieron. Después de ese incidente, cuando Pakistán estaba totalmente indignado, hubo más ataques con aviones no tripulados. Es asombroso cuando uno analiza esta estrategia, además de la criminalidad que implica.
AMY GOODMAN: ¿Qué opina de que el presidente Obama recurra cada vez más a aviones no tripulados para atacar a personas en Pakistán, Afganistán, Yemen, Somalia y otros países?
NOAM CHOMSKY: Recuerdo un muy buen análisis de Yochi Dreazen sobre ese tema. Era el corresponsal militar del periódico Wall Street Journal; ahora es analista militar para otra organización. Después del asesinato de Osama Bin Laden, que por cierto él aprobaba, señaló que existía una diferencia interesante entre Bush y Obama. Lo digo con mis propias palabras, no con las suyas; yo hubiera dicho algo así: si al gobierno de Bush no le gustaba alguien, lo secuestraban y lo enviaban a un centro de tortura; si al gobierno de Obama no le gusta alguien, lo matan para no tenga que haber centros de tortura en todas partes.
En realidad, eso nos revela otra cosa. Basta con pensar en el primer detenido de Guantánamo que fue a juicio durante el gobierno Obama. “Juicio” entendido como una comisión militar, que quién sabe qué son. El primer caso fue muy interesante y revela muchas cosas. El detenido se llamaba Omar Khadr. ¿Y qué delito había cometido? Su delito fue que, cuando tenía 15 años, había intentado defender su aldea frente al ataque del ejército estadounidense en Afganistán. Ése es su delito y por lo tanto es terrorista. Lo enviaron a Bagram y más tarde a Guantánamo; en total estuvo ocho años en esos centros de tortura. Finalmente, lo llevaron a juicio durante el mandato de Obama y le dieron a elegir entre declararse inocente y quedarse en Guantánamo el resto de tu vida o declararse culpable y pasar allí ocho años más. De modo que sus abogados le recomendaron que se declarara culpable. Ésa es la justicia que se administra bajo el gobierno de nuestro presidente constitucional, para un chico de 15 años que defendió su aldea contra el ataque de un ejército. Y lo peor es que no se dijo nada sobre este caso.
Lo mismo se puede decir del asesinato del clérigo estadounidense Awlaki en Yemen, abatido por aviones no tripulados. Lo mataron a él y a la persona que estaba a su lado en ese momento. Poco después, su hijo también fue asesinado. Se habló un poco del hecho de que era ciudadano estadounidense: no se debería matar a ciudadanos estadounidenses así nomás. Pero, por ejemplo, cuando lo asesinaron, el titular del periódico New York Times fue algo así como "Occidente celebra la muerte de un clérigo radical". En primer lugar, no fue una "muerte" sino un asesinato. Y en segundo lugar, occidente celebra el asesinato de un sospechoso. Al fin y al cabo, era eso, un sospechoso. Hace unos 800 años se redactó algo llamado Carta Magna, la base del derecho angloamericano, donde se estipula que no se violarán los derechos de nadie sin un debido proceso legal y un juicio justo y rápido. No dice que hay que matar a un sospechoso.
AMY GOODMAN: A su juicio, ¿los medios de comunicación mejoraron en las últimas décadas?
NOAM CHOMSKY: Creo que son mejores de lo que eran. No soy un gran admirador de los medios de comunicación, pero considero que, si los comparamos con los de los años 1950 y 1960, mejoraron considerablemente.
AMY GOODMAN: El hecho de que exista competencia y de que la gente tenga acceso a otro tipo de información ¿supone una presión para los medios de comunicación dominantes?
NOAM CHOMSKY: No lo creo. En realidad, ahora la situación está más monopolizada que antes. Creo que es porque el país cambió. Ahora es un país más civilizado de lo que era antes, es decir, si lo comparamos con la situación de los años 1960. En primer lugar, hay que tener en cuenta los derechos de las mujeres. A lo largo de la historia de Estados Unidos, hasta hace poco, según la ley, las mujeres eran básicamente una propiedad. Eran propiedad de sus padres y de sus maridos. En los primeros años de vida del país, el argumento en contra del voto femenino era que no sería justo porque los hombres casados tendrían dos votos, ya que, evidentemente, la mujer tenía que hacer lo que le decían. Y, de hecho, hasta los años 1970, el derecho de las mujeres de integrar un jurado no estaba garantizado porque se consideraba que no podían hacer ese tipo de cosas. En las universidades de comienzos de la década de 1960, en la mía por ejemplo, solo había hombres blancos obedientes y respetuosos. Todo eso cambió.
También cambió en otros aspectos. Usted mencionó los derechos de los homosexuales. No hace muchos años, ni siquiera se podían pronunciar esas palabras. Y había leyes contra la sodomía, hasta hace muy poco, quizás todavía haya alguna. En Inglaterra es igual. Allí hubo un caso muy dramático, no sé si lo siguió. Uno de los grandes matemáticos del siglo XX, Alan Turing, que además fue un héroe de guerra y fue quien descifró los códigos alemanes y salvó a Inglaterra de los ataques, era homosexual. A principios de 1950 eso iba en contra de la ley de ese país y lo sometieron a un tratamiento para curarlo de esa “enfermedad”. El tratamiento era tan grotesco que acabó suicidándose. Pero eso fue hace mucho tiempo, en 1954. Ahora, cuando le preguntaron al primer ministro Cameron si había llegado el momento de concederle un perdón tardío, ya que este año se cumple el centenario de su nacimiento. La respuesta de Cameron fue: "No, infringió la ley británica. Eso no se perdona". Así que, en esencia, matamos a un héroe de guerra y a un gran matemático porque estaba infringiendo la ley británica. Todo eso ha cambiado mucho, quizá no en el gobierno de Cameron, pero ha cambiado en muchos aspectos. Y eso tuvo un efecto en los medios de comunicación. Las personas que trabajan en
los medios, como por ejemplo muchas mujeres, tuvieron que soportar situaciones como ésa.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky, ¿qué cosas le dan esperanza?
NOAM CHOMSKY: Hay muchas cosas que me dan esperanza. Aquí mismo tenemos el movimiento ”Occupy", por ejemplo. Es algo muy sorprendente y dramático. O el lugar en el que nos encontramos hoy, el encuentro del Congreso Estadounidense sobre América Latina (NACLA). Lo que ha ocurrido en América Latina en los últimos 10 años es algo espectacular. En los últimos diez años, por primera vez desde la conquista española y portuguesa, hace quinientos años, América Latina se ha liberado sustancialmente de la dominación y del control de Occidente, sobre todo de Estados Unidos.
De hecho, hubo un ejemplo de eso muy dramático hace apenas un par de semanas en la cumbre [de laOEA] realizada en Cartagena, una cumbre muy importante. Aquí no se mencionó nada de eso. Hubo un escándalo relacionado con el servicio secreto [de EE.UU], pero en esa cumbre ocurrieron cosas muy interesantes. En esa reunión participan todos los países del continente americano. Se debatieron principalmente dos cuestiones, aunque no hubo ninguna declaración porque no pudieron llegar a un acuerdo. Las dos cuestiones fueron Cuba y las drogas. Todo el continente quiere que Cuba sea admitida en la cumbre. Estados Unidos y Canadá se niegan. En relación con las drogas, prácticamente todo el continente está presionando para que haya una legalización porque son ellos los que están llevándose la peor parte, es un golpe en la boca del estómago. La demanda de drogas está aquí [en EE.UU.]. El suministro de armas está aquí. Y ellos son los que lo sufren. Por lo tanto quieren emprender el camino de la legalización. Pero Estados Unidos y Canadá se niegan.
Estados Unidos y Canadá están aislados en el continente. Y, de hecho, hay una nuevo organismo que se creó hace aproximadamente un año, Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que excluye formalmente a Estados Unidos y Canadá, e incluye a todos los demás países. Es muy posible que este nuevo organismo reemplace a la Organización de los Estados Americanos, que está regida por Estados Unidos. Un síntoma de ello es que Estados Unidos fue virtualmente expulsado de sus bases militares en América del Sur. Esos países están tratando de solucionar sus problemas internos, que son graves.
El otro tema interesante [en América Latina] es el papel de los movimientos populares. Por ejemplo, hay movimientos populares masivos de indígenas y trabajadores que son muy efectivos en producir cambios políticos de modo sustancial. Es algo de una importancia histórica.
AMY GOODMAN: Entonces el movimiento “Occupy” y América Latina son para usted motivos de esperanza.
NOAM CHOMSKY: Y la Primavera Árabe. En realidad están pasando muchas cosas interesantes en el mundo. Pero creo que la conciencia de la gente en relación a muchos temas está cambiando. Antes mencionaba la actitud de los chicos de 18 a 24 años, que es bastante mala, pero creo que eso también se puede cambiar.
AMY GOODMAN: Noam Chomsky es profesor de la universidad Massachusetts Institute of Technology (MIT), además de intelectual, disidente político y lingüista de renombre mundial. Lleva más de medio siglo dando clases en el MIT, donde tiene el cargo de Profesor del Instituto y es profesor de Lingüística. Lo entrevistamos la semana pasada en Nueva York en la celebración del 45 aniversario de NACLA, Congreso Estadounidense sobre América Latina, donde le rindieron homenaje. Noam Chomsky es autor de más de un centenar de libros, el más reciente lleva por título "Occupy".
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Traducido por Javier Pérez; editado por Gabriela Díaz Cortez
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